Justicia

poema de Kallisti

Ella lo amaba con el mismo anhelo con el que el amaba su botella de licor y algo mas.
“Eran el uno para el otro” decía la vida, gritaban las lenguas viperinas, susurraban las sombras.
“Una prostituta y un alcohólico” sentenciaba la corte de buitres y gallinas, Y lo mas cierto de todo es que pocos tuvieran la misma valía que ella, que nunca se había acostado con nadie a quien no amara, mas la fama de sus amados la prosiguió como la peste a un cadáver, algo que nunca se va del todo, sin importar cuanto lo entierres.
Él, veterano de guerra, había perdido algo mas que todos sus amigos en una guerra que nunca quiso pelear, apuntaba que la bebida le hacia recordar, tal ves así podía encontrar que fue lo que perdió.
En un pueblo maldito, ceñido por el abandono de dios, por mas iglesias que tuviera, su amor florecía de entre las piedras, y lo cierto, es que se llevaban mejor sus demonios que todo un foro de arcángeles.
Pero la vida es así, y ni lo mas puro, ni lo mas profano pueden vivir en paz por mucho. Una noche de frío inusual, de gritos y forcejeos, las manos de él se mancharon de la sangre de ningún soldado, un cuello que no era de botella, una muerte que clamaba ser inocente, desesperación, la incertidumbre, el miedo lo silencio todo… todo se paralizo detrás de la puerta.
El pueblo lo lincho, de la peor manera, escupieron sobre su tumba el clérigo y el santo también, una noche de fría mala suerte, donde quizás él, debió dejar al hijo del alcalde jugar en su patio trasero, en vez de salvar a su dama de ser violada.

Comentarios & Opiniones

Laya

Profundas palabras...
Un verdadero placer de lectura.
Gracias, saludos.

Critica: