POEMA INDÓCIL

Ya son 10 para las 3 am

y yo sigo dale que dale y dale

pulsando dedos teclas y tequila
ahíto de triste pereza
culpable sin atenuantes

(en algún momento llegan el sapo y la mujer húmeda
dispuestos para la joda y la efímera función de circo)

Y yo nada de nada
ni una puta palabra (suicida no tiene cara)
ni un gusano para el colesterol

(mi ataúd que se abre deja ir mariposas idiotas)

Y aquel par sentados en mi cama (lengua va y viene
dedos hurgando orificios
bocas mamando cerveza y ofreciendo pitos)

Y yo vacío
hueco todo
y no hay manera

ya no se en que trago andan mis orejas
(mierda de animal sin baba que chorrear en el lavabo)

Y desde afuera el bar me hace guiños (hoy sexo interracial en vivo)
con su rostro de payaso o neón o lágrima supina

(mi ataúd que se abre deja ir navajas fatigadas)

Y mientras
yo sigo aquí
sin letras (insidiosa página en blanco que sostiene tu imagen
cuando cuelgas)

Nada que hacerle
suspendido en la memoria ya no escribo

(recuerdo a la roja en bicicleta
algunos versos de Borges
y el primer coito alambrada de flores)

Mejor me largo
no sea que me pierda la trágica rocola
o el batir de nalgas de la Vampi (resa)
o el tequila doble sin marica sal (me enseñó la muerta)

Voy llegando
culo sobre el taburete

huele a orines y a sudor (la china me dice papi)

el espejo del baño me sugiere un poema
(mi ataúd que se abre deja ir letras para epitafios)