Reloj

Sentado en el piñón
del reloj de la vida,
me di cuenta
que soy un anciano
mirando el ayer,
un nonato
ante el incierto mañana.
Mientras tanto
arrastro con los pies el alma,
me anímo a comprender
y trato de hacer pie
sobre la impía subsistencia
del presente
que me acompaña a paso firme.
Firme...
como el tic tac de un cronógrafo
que no es la hora lo que marca,
si no la suma inexacta
de los momentos vividos,
y de los que faltan vivirse aún.