Redención

Abro mis manos y entrego mi corazón,
no me pertenece tanto como al explayado universo.
Danzando con las estrellas, recibí el abrazo de dios,
las subatomicas particulas se articularon en tales brazos tibios.
Y caminando por un eterno agujero de gusano,
siempre he llegado a mi mismo, y a mi corazón,
que es el corazón de dios.
Y en mis pupilas surreales se refleja el cielo estrellado,
mientras mi mente infinita crea mas realidades,
de las que algún día a conocer llegaré.