Descarado

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Hoy si parece que soy el lustro del descaro y el descaro en realidad: - es el que tiene rostro, es lo que se ve.
Errores en definiciones, pues en la proposición, de decir: - es el que da, y al descarado en la vida real, se le toma como el que no se debe otorgar.
( todos, se quedan callados, quién es el descarado?) concluyo: - el descarado tiene rostro.
Es rostrado o encarado, descarado o despechado
Pero investigo que es des y aparentemente si es una preposición, pero: - des, es desde y en unión con la cara, sería desde la cara. Ouch! sorpresas, ( de, descararse) dice en diccionario real de academia española: adj. que habla u obra con desvergüenza, sin pudor, sin respeto humano.
Y cuando la verdad es una falta de respeto a la humanidad, acaso no será su antónimo el que más ofende y el que más duele? Cual duele más de los dos, la verdad o la mentira?
Nunca me he debatido contra el espejo, porque me veo a mi mismo,
greñudo, flaco o engordecido; ocasiones empalidecido, otras tantas ennegrecido.
Pero petulante me miro y sólo miro una cosa: que estoy como estoy y eso es lo mejor, me sigo viendo, encarado o descarado sí, sí, estoy vivo, y eso es lo más importante, me veo a mi mismo; barbudo no total por que en partes soy lampiño, insisto soy yo ¡y estoy vivo!
Pero me veo, me veo como tú te ves o como deberías de hacerlo, soy el más grande de todos los seres. Tengo un principio, también tengo un fin, lo mejor y un mejor propósito par s muy los demás.
Si sirvo para mí y estoy feliz, estoy de acuerdo conmigo mismo, Si soy feliz y sirvo para muchos y estoy feliz, y me siento mejor; ese es el bien.
Pero si no sirvo para nadie, piénsalo. ¨ La riqueza del hombre, está en sus acciones y en sus satisfacciones; si ejecuta y es feliz está en su bien, pero si dota o entrega, se va sentir mejor.
Dar, es otorgar, es amor y las máximas de los grandes hombres fue ese arte. Porque lo hicieron, porque pensaban un mundo ideal.
Se llama utopía. Aportaron con lo que decían. Sólo son pensamiento, palabras y universo y la universalidad ya les ha dado su derecho, figurar en la historia.
¿Pero que somos, sino no somos historia? Que se los diga en el instante de su agonía Alejandro Magno, con su batallas, con sus guerras que en el momento de su agonía resume con mis palabras: - Aquí transite en la vida, aquí bautice cumbres y montes, aquí dejo mis conquistas, aquí dejo mis guerras, aquí dejo mis cosechas, mis joyas y riquezas; aquí al borde de la muerte, tiro todo, porque nadie se lleva nada, sólo a mala suerte.

José Antio Ríos Ramirez.