CINCO DE ENERO

poema de Jorge Loyola

Cinco de Enero, apenas pasadas las cuatro y media de la tarde.
Allá, en el barrio del fondo; allá donde la avenida comienza a perder su brillo, como una piba que al salir del centro del pueblo se vá sacando de a poco su traje de luces y su maquillaje. Allá donde el cemento no alcanzó y las callecitas de tierra se hacen más angostas, y van formando un laberinto de casas bajas con patios de tierra con algún Parral o una glicina que les dé sombra. Los chiquillos está siesta la durmieron callados, no se tiraron pelotazos en la habitación, ni se escaparon por la ventana, para irse a vagabundear por el río. Hoy hay que portarse bien; mirá si con lo que cuesta en estos barrios que pasen los reyes magos, por no dejar que los viejos descansen, además de unos chancletazos, a la noche no pasan los camellos a dejar algo, lo que sea, por qué acá no se pide, no se elije, acá se espera; si pasan los reyes es para dejar lo que ellos puedan, será recibido con una sonrisa grandota, con algunos dientes menos, pero llena de felicidad .

Cinco de Enero, apenas pasadas las cuatro y media de la tarde.
En el centro los comercios levantan las cortinas metálicas y bajan los toldos de lona para que el solazo del verano no dañe la mercadería de las vidrieras.
Los vendedores ambulantes aprovechan el día; uno al lado del otro van armando mesones o mantas, abarrotados de juguetes.
Hoy la avenida tiene todos los colores y el bullicio. Pelotas, muñecas, cochecitos de todos los tamaños y tonalidades.
Todos gritan, ofreciendo lo suyo; hay risas y alguno pone música infantil.
Por la calle pasa un destartalado Citroen 3cv, con un par de parlantes en el techo, invitando a la gente, a venir esta noche a la cabalgata de los reyes; habrá algunos fuegos artificiales y tres muchachos con trajes brillantes y barbas postizas, recorrerán el centro del pueblo montados a caballo repartiendo golosinas, a los críos que se amontonarán para recibir algunos caramelos.

Cinco de Enero a eso de las seis de la tarde, un par de nubarrones negros y gordos se han levantado por el oeste, del lado de los lagos; de donde vienen las tormentas veraniegas más bravas. Los muchachos ya comienzan a buscar algo con que tapar los mesones por si viene la lluvia, Miran al cielo y dicen que un poco de agua no vendría mal para calmar un poco el calor de la tarde.

El viento aumenta rápidamente y en un santiamén los nubarrones llegan al centro y descargan con fuerza todo su caudal de agua, las fuertes ráfagas hacen volar los plásticos, las mantas y los mesones se tambalean, los vendedores corren empapados a guardar los juguetes en cajas de cartón, pero el viento ya les llevo algunas cosas. La avenida se ha convertido en un río que arrastra todo lo que encuentra a su pasio; la tormenta no cede, el río alcanza las veredas y el agua entra en los comercios. La tarde se convierte en un caos, todos corren y gritan empapados con cajas y bolsas en la mano: en un momento no quedan mesones, ni mantas , ni música.
El viejo Citroen de los parlantes se quedó varado en medio de la avenida, se mojó el motor y ahí se vá a quedar, entorpeciendo el paso de los otros autos desde donde los conductores enojados vociferan y hacen sonar sus bocinas contra el pobre hombre del 3CV.

Cinco de Enero, como a eso de las siete de la tarde, allá , en el barrio del fondo, la tormenta que pasó, dejó las callecitas de tierra, llenas de charcos. Los pibes del barrio salen en patas a jugar en el barro, y corren hasta la avenida por donde pasa un río lleno de pelotas, muñecas y cochecitos.
Hoy si, hoy todos tendrán regalos. Las sonrisas sin dientes casi no entran en la boca.
Los más chicos, dicen que los reyes estaban apurados, entonces dejaron los juguetes en la avenida, para que cada quien eligiese el que más le guste; los más grandes, esos que ya estaban perdiendo la ilusión, se miran asombrados, abrazando una pelota de cuero y dicen, _parece que es cierto eso de los reyes magos .
La magia se renueva un año más.

JAL

Comentarios & Opiniones

Xio

¡Ahora si me ha tocado un regalo!!Hace tantos años que los reyes no me dejaban ni una muñeca de trapo, que magia, que fantástica obra, me parece estar viviendo el momento y esas caras con dientes de menos, despeinadas, sin zapatos, felices, felices

Critica: 
Xio

pescando todos esos juguetes en la zanja llena de agua, yo fui de esos niños donde los reyes cuando pasaban dejaban poco y no había que hacer cartas, un abrazo mi querido gaucho, se enlaza tu narración con mis recuerdos, gracias amigo,feliz domingo

Critica: 
Jorge Loyola

Mi amiga,está historia tiene bastante de realidad aunque adornada por este humilde aprendiz de escritor.aquel cinco de enero la tormenta sorprendió a los vendedores. Y los pibes de pueblo diamante,(mi querido barrio) tuvieron sus reyes magos.

Critica: 
Jorge Loyola

Gracias genia, siempre espero tu presencia

Un abrazo grande .
Buen domingo.

Critica: 
Silvia

Mucha ternura me gustó mucho.saludos cordiales felicitaciones y beso.

Critica: 
Jorge Loyola

Saludos Silvia, gracias por tu presencia.
Amigo Cesar me alegro que te gustara el relato. A veces la magia llega.
Un gran abrazo.

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