Epifanía

¿Sabes? Es difícil encerrarse en el cuarto siempre mirando al fondo del vacío
y salir después a los pasillos para sentir que aun así sigue el ensueño,
encender un cigarrillo porque la noche se presenta insoportable, y porque hace frío
y darme cuenta que mientras mi boca fuma con angustia la tuya ya posee dueño,
es difícil percibir que tus ojos solo pueden observarme con desdeño
y que tu figura se devela inalcanzable casi al frente mientras yo la ansío.

Comprender con el transcurso de las horas que mis fantasías se elevan
cada vez que intento anteponer la indiferencia como escudo,
que no puedo decirte lo que quiero, aunque me atreva
porque mis palabras siempre tendrán algún disfraz que les impide mostrársete al desnudo,
que no pueda buscarte porque al final siempre lo dudo
ya que no es sencillo salir a caminar y que de golpe llueva.

Me cuesta desprenderme de los artificios, y más que eso, me cuesta que me creas
porque aunque te hable en serio tu desinterés te hace ser indiferente,
y yo no puedo colocarte en frente mis anhelos sin que tú los veas
ya que todo lo que tiene que ver conmigo tus ojos lo divisan transparente,
solo puedo escribirte lo que siempre tengo en mente
en unos versos que se tejen desgastados esperando a que los leas.

Es difícil, porque eres un anhelo repentino
que pelea con mi instinto en el vaivén entre quedarte y escaparte,
eres algo así como una burla del destino
pues aun estando cerca muchas veces yo no puedo hallarte;
pero aun así tienes el don de la ubicuidad, porque estás en todas partes
y yo no puedo saber en dónde vas a aparecer, no es mi culpa, nunca lo adivino.

Una estrella que por más que brille pocas veces veo
porque como toda estrella, por más grande que sea uno no la alcanza;
eres un abismo rodeado del paisaje que mejor recreo
donde mi determinación no sabe si se queda inmóvil o se lanza,
un anhelo que con el pasar de cada noche mucho más se afianza;
eres una extraña epifanía, que no es una revelación sino un deseo.