Donde la lógica no impera

Amo la extraña combinación
De colores
Que se plasman
En los amaneceres,
Que dibujan siluetas
Dispersas
Coloridas
Grises
Amorfas.

Todas ellas
Sobre un lúgubre
cielo
Que se sitúa
Tenue
Inherente
Desconcertado;
en un día
cualquiera,
frente a un
mundo
cualquiera,
con una
rutina
cualquiera,
con personas
cualesquiera

Y sobre
Sus trazos
Coloridos,
Se percibe
un sin
Sentido,
Como los
Dibujos
De
Un niño,
Cortos,
Intensos.
Inspirados
En
La curiosidad,
De la vida…
Ausentes
Del temor
De la superioridad
Del dominio
De la
Propiedad,
en
Un
Mundo
Lógico.
Y en esa
Tediosa
Rutina,
Inerte
Fría
Y
Calculadora,
Como
La
Muerte
En vida,
que se
ve contrastada
por esos
pincelazos
absurdos
que respiramos.

Sobre
Aquellas
Manchas
Grises
Sobre
Azules
Y naranjas,
En las
Nubes
Aglomeradas
Que hallamos
Nuestro
Entendimiento,
Ese regocijo
A la realidad,
Como un abrazo
En medio
De
La tormenta,
De esa
Insensata
E ilógica
Realidad.
Esa gris
Forma
De
Vernos.

Son
esas pinceladas,
nuestro
respiro
al odio,
la medicina
a la enfermedad,
la cura
en nuestra
locura;
Son
La disociación
De colores,
Como
Una galería
De emociones
Una
Detrás
De otra,
Como
La vida
Misma.

Y nuestros
Pensamientos
Son
La sublimación
De la frívola
Angustia
De
La existencia,
Como
un abrazo
En
La melancolía,
Como
Un
beso
En
La
Desidia,
Así
Como
Los trazos
De un
Inocente
Niño.
Son los
Colores
De
Un amanecer
Grisáceo,
Carente
De
Sentido
Para
Los aburridos;
Un escape
Para
Los soñadores,
En un
Escape
Donde
La lógica
No
Impera