Abismo

Niño arrogante, perdido siempre en las miradas,
le entregó todo a quien nada le entregaba,
por que le ciegan los ojos brillantes,
de ahí nace su obsesión por los diamantes.

No sabrás jamas cuantos años busqué tu presencia,
noches infinitas de preguntas sin respuestas,
llegaste entre risas y te vas entre burlas,
aunque te mate y torture no volverá mi inocencia.

Aún así, te esperare aunque no lo sepas,
desde tu partida camino en círculos por el barrio
cigarros y silencios acompañan mis noches tristes,
una lagrima cae y no dejo de mirar la calle por la que te fuiste.

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