CXXIV

Puedes acompañarme
pero te advierto que experimentaras
tu muerte unas cuantas veces,
que sentirás tu vida diluirse
en las puntas de tus dedos
y será tan rápido que no
tendrás tiempo para decirme
que no, para decirme que en realidad
nunca tuviste la certera intención
de venir conmigo.
Así serán las primeras
veintiún veces;
luego de eso te incomodará
la aspereza de tu piel,
te irritará estar encerrado
en un cuerpo que se escribe
solo con seis letras,
y no podrás volver a Ser.
Pero tú todavía puedes hacer tanto,
estás tan cerca de encontrarla.
Solo necesitas levantarte
a la misma hora por unos años más,
solo hace falta que te decidas
a escapar a la hora precisa
del ritmo de tus días y que
visites ese parque que solo
queda a cinco minutos de la
estación de metro a la que llegas
todos los días para ir a la oficina.
Todavía puedes ser feliz.