CLIII

Qué bello sería que mi vida
se cierre como un ciclo infinito
que la primera palabra que he escrito aquí
sea la última que logre pronunciar
antes de abandonar mi aliento.
Sería así como una rayuela circular,
en la que avanzas y avanzas
para llegar al cielo
pero un paso más adelante
alcanzas todo ese infierno
del que tanto esfuerzo te costó escapar.
La memoria de los hombres
no fue construida para trascender
los nudos infinitos que rigen
la severa realidad, pero
no es nula la probabilidad
de que por hado del destino
encuentres en un sueño
el fin de este camino.