Pulga

Dime neno, de profundo e inocente mirar
¿De qué color ves el cielo,
cuando en él buscas aviones para
alcanzarles con tu mano?

Chiquilín hermoso, de principescos
cabellos, ¿Cómo es la bella ignorancia
de siempre preguntar?

Contigo aprendo a correr en círculos,
a inmiscuirme de lubre en lubre,
tras magos y duendes.

¡Cómo te quiere la luna, pequeño!
Que con su luar ilumina tus ojos cuando
la llamas por las noches.
Duerme, duerme sereno,
que las estrellas te arropan
y dos ángeles vigilan tu reposo.

Bendita es tu sonrisa,
que pavimenta profundas grietas,
que reanima al alma expósita,
que da esperanza en el andar.

Rapaz mínimo,
cuando te llegue la enfermedad del tiempo,
no seas ingeniero ni militar,
mejor vuela,
alto, lejos,
y pilotea melodías,
de aventureros y valientes.

Y cuando cruces el océano,
recuerda cuando el jardín era
nuestro virgen continente,
para que ante tu mirada
todo sea aún grande y maravilloso,
desaforado y no descubierto.

Comentarios & Opiniones

FlavioP

niñez de la que salgo, niñez a la que quiero volver

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