Amor En Cautiverio

poema de Hollman

Asomaba el aire fresco del sentir de una mañana
Horizontes de otro tiempo, de otra vida, de otra jaula
Enfrentaba los temores que me envuelven en sus auras
Me torturan allanando la rendija en mi ventana

No sabía discernir entre lágrimas o miel
Ni sentir sin sospechar y llegue a tu cruel jardín
El aroma de las rosas, las gardenias y el jazmín
Se fundieron cautivantes adhiriéndome a tu piel

Una luz entre mis sombras florecía sin pensar
Con el roce de tus manos fue virtuoso e irreal
Ascendió como la espuma y llegó hasta la utopía
Ofreció su libertad por tus noches, por tus días

Soy amor, soy ilusión, sueño, anhelo y decepción
Soy la llama del infierno, el sombrío triste invierno
Soy el todo, no soy nada, solo el ruido del silencio
Murmuraban de tus labios los más ruines sentimientos

Encontré felicidad, desarraigo y dulces besos
Sentimientos encontrados maltratados por el tiempo
Castigaron mis deseos con sabor de miel y celos
Devastaron mi camino y se fueron con el viento

Confundido y deslumbrado por el brillo del coral
Que guardaba tu mirada, tus suspiros, tus abrazos
Caminé por tu rivera, me perdí dentro del mar
Aposté mi convicción sometido en tu regazo
Termine desconcertado en la banquilla de ese bar

Con mis ojos entreabiertos, odres, turbios y opulentos
Sentí rodearme en vacío con un tétrico silencio
Entre lágrimas perdidas destilé tus fantasías
Gota a gota las regaba con lo oscuro de las mías

Cada chispa cada esquirla que brotó de mis pupilas
Se estrellaba con la nada y allí permanecía
Las cenizas encendidas escurrían y escurrían
El volcán de mis entrañas me miraba y se reía

Quise dar la media vuelta olvidar que estaba vivo
Incitar el sufrimiento doblegando mis sentidos
Pero estaba secuestrado, por amor puro, cautivo
Encerrado entre tus lazos, se agitaron mis latidos

Creí ver al caminar que tus pasos me seguían
Que tenia que volver, espejismos de mi ira
Mis demonios me explicaron, lo que yo así presentía
Que no podría borrar una parte de mi vida

Subyugué mi corazón en la copa ya vacía
El cristal se oscureció de dolor y de misterio
Y allí dejé escondido todo aquello que sentía
Acallando para siempre, este amor en cautiverio.