Polvos.

Al borde, sintiendo el vértigo, me hago cenizas y vuelo hacia un lugar que ya conozco pero al que siempre voy por primera vez. Me coso a mi antojo, dejo que los demonios bailen sobre mi carne. Me consumo, lentamente aspiro infiernos que me hagan volver a estar despierto. No sé lo que es la vida y ya no intento entender, solo busco símbolos que brillen, que destellen, que muerdan mis pupilas... Me alejo, de lo que creo vanal, de lo que siento que no es yo mismo, para descubrirme entre latitudes nuevas, jamás exploradas. Dejo a mis amigos porque pido demasiado o tal vez lo dé, así que compañía solo es un signo exclamativo que viene después de soledad. La hoja en blanco, las sustancias, los gatos; son mi patria, mis paraísos sintéticos. Prefiero verdadera soledad a lampos de esperanza que solo prolongan el tormento. Mi imperio lo hago con la falta y ya no importa quién no escucha, si no quién me leerá ... Nunca volveré a mi tierra, ya que nací en la nada y en la nada moriré.

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Letras que transportan a un mundo desconocido para mí, llevas a tu lector de la mano a tu sentir. Te felicito

Critica: 
Gabriel Corona

Muchas gracias por su lectura, es un verdadero placer saber que les ha transmitido algo... Un gran abrazo y todos mis buenos deseos.

Critica: