Más que esto.

Mereces más que un poema, más que mis buenas intenciones, que mitigan la culpa en los demás.
Mereces más de mil canciones, más que unas promesas, más caricias que las que doy a mi guitarra, más que un lagrimal, más de lo que crees que te merezcas.
Tú que me has respondido en la calumnia, tú que me has besado en mi eterno pernoctar. Tú que no me entiendes, que me quieres como nadie, que sabes mis secretos y disputas, tú que me has mandado un salvavidas, en más de una ocasión.
Mereces más que mis ausencias prolongadas, que mi cinismo desgastante, más de lo que ofrezco.
Sabes que me muero, y que no es en vano el momento que te obsequio, que hay algún significado.
Pero no lo entiendo y el reflejo me descubre tu imagen a mi lado y brillas, brillas como nunca y yo contigo, se completa la ilusión, hasta que el toro te apuñala y se pudre en soledad.
No es que no lo aprecie, no es que tenga miedo, ni que sea un verdadero imbecil.
Es el capote que con el viento crea ondas en su tela, que irradia rojo, que dilata mis pupilas. Cegado voy tras de él, involuntariamente me dejo y te dejo con un poco de mi sombra y mucho que olvidar.
¿Cómo es que prefiero el naufragio que tu velo? ¿Cómo es que no te quiero como tú a mí? Mas te quiero como a nadie.
Y si me voy y no me encuentras, y si la cuerda me sostiene, y si los rumores se hacen niebla, si no hay estación que nos encuentre.
Ve segura, de que habré pensado en ti.