Hoy vi una bailarina.

Hoy vi a una bailarina.
Y se me hizo polvo el corazón.
Tenía fuego en la cabeza, una nariz discreta, ojos de mar con su marea, con su profundo resplandor.
Hoy conocí una bailarina y todo es peor ahora, ahora que no está;
ahora que su silueta es un recuerdo, que el juego de luces en su rostro es solo una maraña, ahora que mi imaginación reemplaza su soltura, todo es peor.
Cuando era presente, volví a enamorarme de la vida, cada movimiento, cada perfil que mostraba, era una palpitación, un suspiro, un halago, una vuelta de pasión; todo en ella me desifraba símbolos que dormidos, se alumbraban con el destello de su ritmo.
Sus instantes me acicalaban, su tiempo me absorvía y fui tan suyo como Lily quiso que fuera suyo y fui tan elástico como ella me quería liga y fui tan vida como ella me lo permitió.
Hubiera querido acercarme, romper el límite del expectador, decirle -Fuiste más allá que las estrellas y más acá que el polvo que soy yo, fuiste la obstrucción del vacío que habita en mi pecho, fuiste la obstrucción que me impidió el desangrar- lo quise tanto, tanto como quise mi primer beso y mi primer visita al MP.
Pero no lo hice,no lo hice para volverme una cara más, un mensaje más en Facebook con su "felicidades, lo hiciste genial", para volverme sobre mí y de ahí sacar su recuerdo, para poner el disco de la impotencia y bailar, bailar toda la noche, todo el día, toda la vida mientras la memoría me recuerde, ese instante suyo que no muere, ese instante de la práctica, ese instante de dolor, ese instante que desnuda de las máscaras y humedece las raíces de nuestro arbol genealógico.
Te hubiera pedido la muerte bailarina, te hubiera pedido la muerte Lilian, y sería así: Yo con unas rosas en los palcos, Tú en la adrenalina, con la vista confusa y sin pensar atrás; pero con un pacto tácito, con hilos en los labios y letras en los ojos que digan: Artista-expectador, deseo-caja, sangre-cuerpo.
Así amar nuestro concepto y no sería amarnos en silencio no sería un amor sobre atajos, sería un estruendo, un saxofón, un cuerpo como lienzo, una sensación como pincel; que no hay ruido más potente, que un paso con su huella sobre el lodo, pero.........

Hoy vi una bailarina y la soledad es la de siempre.

Comentarios & Opiniones

Penelope

He disfrutado mucho de tu magnífico escrito, qué potencia, qué emociones más intensas proclamas como resultado de ese apasionado encuentro...Un abrazo!

Critica: 
Aldebarán

Encantadoras lineas escritas bajo su bella musa y esplendida pluma...Mis felicitaciones. Saludos...

Critica: 
Holderlyn

Tremendo esto! Aplausos para usted amigo.

Critica: