Guerra

poema de Gitana Morena

Pecadores sin alma,
recorriendo el desierto
y a mansalva acabando,
en la sombra, la paz.
Dictadores perversos,
en su afán, desalmados,
y ladrones malvados,
de la tierra y el pan.

Tras el oro azabache,
se lanzaron soldados,
en la lucha siniestra
por lograr el poder.
A los padres lincharon,
hoy el eco es el llanto
de los niños con hambre
y orfandad en la piel.

Hoy un pueblo se arrastra,
malherido en el alma
y su tierra se tiñe
de escarlata y dolor.
Ese pueblo se mata,
a sus hijos suicida,
y la lucha es inútil
contra el gran dictador.

Es el llanto extenuado,
de las madres sin hijos,
el la súplica errante
por un poco de paz,
es el eco de bombas
resonando furiosas,
en las noche sin días,
moribunda Bagdag.