Me gustas, me gustas tú.

Me gusta el café y el pastel de chocolate.
Las conversaciones con la luz apagada.
Bailar con los pies en el presente.
Jugar a que no siento nada.

Me gusta dormir hasta tarde y despertar sabiendo que soy libre.
La sinceridad de que te muestres como eres.
La complicidad de guardarme tus caricias.
Que te asusten mis sabanas de niña.

Me gusta cantar el ave maría y la última nota que rebota.
Las miradas coquetas que me atrapan despistada.
Lo poco religioso que es decir en este verso que me gustan tus manos.
Que me gustan tus días buenos y a ratos también los malos.

Me gusta sentir todo y que me duela el cuerpo de tanto dolor.
Reírme llorando al acordarme de tu voz.
Que me falten horas para extrañarte.
Que el nuevo día no me haga olvidarte.

Me gusta el vodka y su sabor a rutina.
Acordarme de ti.
De tu sabor
y por último, de tu risa.