La hora mágica es a las tres
Me gustaría correr por calles llenas de música a eso de las dos de la mañana. Saltar de alegría con alcohol en mis venas. Girarme y encontrarme contigo. Que te rías. Que me mires como si quisieras saltar a mi paso, como esa noche en los toboganes de la plaza, en la que corrimos por la calle como un par de niños de cinco años.
Qué no daría por bailar a mitad de una calle desierta cuando ya se vayan acercando las tres. Esa hora mágica donde se empieza a escapar la verdad por las aristas del silencio. Que te acerques con esa mirada traviesa y que me digas que quieres probar algo, mientras tu mano comprueba el pulso en mi cuello y yo sonrío como estúpida, pues estás consciente de lo que provocas en mí.
Me encantaría, que ahí, a eso de las tres y media, luego de bailar una canción provocadora, me beses y sonrías, como si me quisieras, igual que antes.
Cuando aún no te había cansado mi poesía, mi insistencia, mi intensidad.
Yo lo entiendo cariño, pero...¿Cuándo tienes tiempo de venir? Me debes un baile, me debes una noche.
Y yo te debo la mentira. Esa que dice que no me importas, que no te quiero.
Comentarios & Opiniones
Especial,hermoso final,bello decir,
felicitaciónes y beso feliz finde.
Amiga Francesca un gusto ver de nuevo tus escritos y este con bastante frescura y emociones de nuestra juventud.. Saludos
Hermoso. Líneas perfectas y con gran calidad artística. Un gusto leerte. Saludos
hermosisimo poema amiga, la verdad gracias por compartir
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