Efímero

poema de Fernanda C.

Y un día inesperadamente la vi, caminando por los mismos pasillos donde antes imaginamos un futuro juntos. Venía directamente hacia mí y no supe qué hacer, entonces solo la miré, como quien mira algo que ya perdió y que sabe que no volverá a tener, la miré con ternura, pero también con tristeza y una pizca de nostalgia, la miré como aquel que extraña, pero sabe que es mejor callar.
No esperaba nada, solo quería mirarla, apreciar su rostro una vez más, contemplarla, solo eso. Pero me sonrió tímidamente y mi mundo se derrumbó de nuevo. Era más bien un esbozo de sonrisa, de quien sabe que se ha equivocado, pero no puede admitirlo, de quién extraña, pero no se puede permitir reconocerlo, su mirada se sentía triste y en conjunto con sus labios casi se podía leer la palabra "lo siento".
Pasó fugazmente, fueron milésimas de eternos segundos, pero no podía permitirme el dejarla ir así como así, entonces desde mis labios salió un temeroso "¿cómo has estado? No sé por qué lo dije, en realidad no esperaba ninguna respuesta, pero ya me habías sonreído, quizás no estaba todo tan perdido. En ese momento te diste vuelta tomaste mi brazo suavemente y me dijiste "sabes que no podemos hablar", te diste media vuelta y emprendiste tu camino hacia abajo por las escaleras. Sí, yo lo sabía, no debíamos hablar, te podía traer problemas, pero siempre me pregunté por qué debíamos esconder lo que sentíamos por culpa de terceros, ya estaba cansado de tener que andar ocultándome.
Proseguiste tu camino por las escaleras y, coincidencia o no, yo debía seguir el mismo rumbo. Cuando llevábamos aproximadamente 4 pisos bajando vociferé al aire, "tranquila, no te estoy siguiendo, es solo que también necesito llegar al primer piso", no vi tu sonrisa, pero sentí como sonreías con mi declaración. Tu ibas un poco más adelantada en la carrera por llegar al primer piso, y cuando íbamos en lo que según mis cálculos debía ser el piso dos, te detuviste en cuanto se acabaron las escaleras, diste media vuelta y te me quedaste mirando, ahí parada, solo mirándome sin decir absolutamente nada y yo pues, no supe que hacer. Estoy seguro de que me quedé paralizado por horas, pero en realidad todos esos minutos que nos volvimos a ver fueron tan relativos que tal vez no hayan sido más que un par de segundos. No logré decir nada, solo te miré y luego continué bajando. Para cuando llegué al mismo nivel en el que tú estabas, me tomaste del brazo, suavemente, como solo tu sabías hacerlo, y me llevaste a un lugar más apartado, donde se hacía más difícil que alguien pudiera vernos.
Ahí finalmente logré articular las palabras y preguntar si aún seguías enojada conmigo. Dijiste que no, que lo lamentabas todo. Y ahí estábamos, frente a frente como tantas otras veces antes, y tal como antes puedo decir que no existía nada más que tú en ese instante, el mundo podría haberse estado cayendo a pedazos a mi alrededor y juro que no lo habría notado. Y sin embargo dolía. "Me hiciste mucho daño" dije, respondiste que lo sabías y nuevamente que lo sentías, pero que yo sabía el porqué de todo esto, que lo habíamos conversado antes, que existían motivos que escapaban a nosotros por los cuales no nos podían ver juntos. Me miraste con tristeza y posaste tu cabeza en mi cuello, yo hice lo mismo y mientras olía tu cabello recordé nuestra última vez en esa misma postura, cuando tu dijiste que parecía como si yo estuviera almacenando tu aroma. Quien iba a saber que precisamente esa iba a ser la última vez que estaríamos así en mucho tiempo. Te levantaste y me miraste directo a los ojos, te sostuve la mirada y luego miré tus labios, miraste los míos y te acercaste, pero luego titubeaste, soltaste mis manos y te alejaste por la escalera hacia el primer piso. De pronto todo se volvió una nebulosa, ya no había nada ni nadie a mi alrededor y entonces... desperté.

Comentarios & Opiniones

Corazón de flores

Dicen por ahí, que en los sueños se aparecen nuestros más secretos deseos. Buena narrativa. Viví cada frase. Estrellas y saludo cordial.

Critica: 
Elvi

Muy buen relato me enganchó hasta el final. Saludos y estrellas

Critica: