Eterno

poema de EL CID

Veinte, treinta, cuarenta, cientos,
hasta millones de horas no bastan para amarte.
Porque es, amor eterno.

A la vida, al hombre bueno,
a ese de bellas acciones, si.

A ese que con bondad empina el rostro entre otros caracteres.

Al emigrante cansado, soñoliento que deja tierras y mares.
A ese admiro,
por haber sido mis abuelos y padres.
También yo de su estirpe y linaje.