Muy lejos

Donde callan las miradas,
se evapora el manantial,
y sumerge el horizonte,
sus pupilas de cristal.

Al galope de la rosa,
del sonoro vendaval,
girasoles del ocaso,
entre soles, dos palmar.

Taciturno de sonidos,
como péndulo en el mar,
se acorrucan las aromas,
remembranzas del panal.

Donde el tiempo se enloquece,
abrazado al flamboyán,
y mi canto se termina,
a los pies de un madrigal.