Para no herirte

Cerrado como siempre, quien me obligara a derribar mis muros me obligaría a investigar paciente, aquellos días de cabeza en que las nubes están nublando tu razón, cuando todas las aves cantan, lejos del otoño, pasando el crudo invierno y sonriendo mientras nuestro calor nos mantiene vívidos cual mes de marzo en primavera, cuál arrogante braza de fuego consumiendo nuestra logica, alejándonos de quien enfriace nuestras ganas de amaranos
Aún sabiendo que no éramos del todo francos.
Victorias en sábanas blancas, otras más en sueños de clasificados
Sintiendo perecer dado a la culpa de amarnos de mantitas, sosteniendo aquellos días en memoria haciendo cual si fuesen el más preciado don otrogado uno del otro, soñando con nuestros ojos abiertos, que para no herir te, para seguir viendo la perfección de tu silueta en la intimidad de nuestra casa hemos dicho amor cuando en realidad sólo es lujuria, destinados a evolucionar por el bien de nuestro propio ser, por mantener la frente a alto y un secreto de cabellera y su amada.