Tus luces.

Entrégame tu luz.
Danzas en la arena
Siendo mi sirena.

Gobiernas mis bruces y luces
Que vuelan alto.
No detengas el encanto.

Vierte en mí tus besos porque
Estás reinando mi cuerpo,
Acariciando el bando donde anclo mi barco.

Silencia mis miedos con tus cantos,
Sabes que vuelo alto y que caigo
Cuando escucho tu llanto.

Pronuncia mi nombre con el sonido de tus palabras,
Adórnalo con tu música bucal,
Elévame una vez más.

Quiero ser sincero cuando te desvele mis anhelos,
Deseo ser justo cuanto te pida el tiempo
Para justificar mi soledad.

No puedo existir sin tus brillos de cristal,
Sin tus labios y su miel vivaz,
Sin tu dulzura bordeada de fragilidad.

Voy a ti para regocijarme en tu vientre,
Para iluminarme de repente con el brillo de un cuerpo celeste,
Para que me entregues la luz silvestre de tu mirada ardiente.

Serpenteare en tu cuerpo como una serpiente
Que se une a ti y te aprieta fuerte,
Clavando mis colmillos de amor con su veneno de pasión.

Estoy para que reveles mi camino,
Perdido sin la guía de tus manos,
Abandonado por tu amor inhumano.

Naufrago de un mar rosado,
Sediento de un líquido blanco,
Hipnotizado por tus labios cristalizados.

No me pidas que me aleje de tu lado.
Hay más en mí que amores banalizados,
Que decepciones de un bribón inmortalizado.

Te daré a beber mi vida en las noches venideras,
Escuchando las estrellas que nos enaltecen mientras reinan
Sus luces discretas en el mar que habita sobre nuestras cabezas.

Cubriéndote mi princesa,
Con destellos de plata
Que acompañan mi celosa marcha por tus líneas repletas de escarchas.