Verdugo

poema de LechugaCorpse

Que cruel es el veedugo, cuando es uno mismo el que se ejecuta,
Cuando pones tu cuello en el yugo de la autocritica,
No es una ejecución rápida lo que se busca.
No hay un hacha en las manos del encapuchado,
Tus pecados como leña ésta utilizando,
En una hoguera tus errores me van depurando.
Una ejecución pública en cada página se celebra,
Mis gritos de desesperación, mezclados con insultos y caras grotescas,
Inundan el aire; en esos días ni el papel me salva de mi cabeza.
Palabra, tras palabra, pecado, tras pecado.
Un veneno a cuenta gotas, puede ser peor que ser quemado.