Tierra y Sueño

Un mundano texto es arrastrado por el viento,
un querido sosiego no es sentido
a pesar de lo intenso;
una breve mirada está intacta
a pesar de los años...

Un interesado candor
desde las orillas,
desde el monte,
desde la espinosa resina;
se mete en el latido,
se hace en el sonido,
se tuerce,
crece...

Nuestras manos aceleran el cerámico rumbo,
como un delito,
como una prueba de que la creación es algo que realmente importa...

Nuestros días se hacen una y otra vez,
cuentas, desordenados aparatos,
cadenas, dientes, mordidas,
arañones.
Nos sujetamos incesantemente al perdón,
al perdón de un dios cansino,
de un dios alcohólico,
triste, casi perdido,
nos perdemos con él,
y en él dormimos negando la oscura sombra,
la espesa miseria,
la corriente imperiosa de un río malnacido...

Y en ese texto reinan las bestias,
los números,
las frías proyecciones de un blanco piso.
De un negro pasadizo...

Y en esa arena quiero morir
gritando y repitiendo:

¡Que quiero vivir!...