Buenas noches dualidad

Es esta noche, una noche casi silenciosa,
un momento dentro de otro momento;
es esta noche una larga espera,
y el diálogo entre miseria y libertad,
se hace inmisericordemente infinito...

Son estas sombras
perfiles hambrientos,
dictámenes cargados,
lluvia de intentos,
estrellas agonizantes.

A lo lejos el canto de un río se puede oír:
pudiendo ser mágico en todo su cauce;
solo es brillante explotando en el mar...

Somos gotas de ese río en esta noche,
somos partidarios del minuto,
somos el enjambre esforzado del apego,
somos tránsito y estanque,
somos comerciantes absurdos en un desierto impertérrito;
pero somos en este instante
viajeros cuasi perdidos,
presurosos por la corriente,
asumiendo lo del cielo,
y algunas veces lo de la tierra,
somos y seremos el aliento de alguna voluntad olvidada...
la gloria y la herrumbre,
el desánimo y la profusa fuerza del tormento,
la pereza y el amanecer,
la decencia y la licencia perniciosa,
el recuerdo y el olvido,
somos la fe en la piedra,
en el pan,
en el vino,
en la paz después del caos...
Somos ruido,
somos calma,
somos lo que hay detrás del mar...

¡Somos sacerdotes olvidados,
y olvidando
lo sanamos todo
y en tales cicatrices existiremos... Realidad...!