No me dejes

poema de Soco

No me dejes,
sentado a orillas del río,
olvidando palabras tuyas,
arrastradas por el olvido audaz,
mientras huyes en creciente arriba.
No me dejes,
cantando bajito tu nombre de flor,
susurrándole al recuerdo,
una vieja canción vacía.
No me dejes,
apagando las velas
de aquella anciana noche de alegrías,
buscando las puertas,
de aquella casa, de aquel nido.
No me dejes,
sentado en la calle del abandono
con esta hacha de papel
Y este cuchillo de hilo
porque de nada me sirven
los días si no traes tus soles;
de nada me sirven las noches
sino me besan tus lunas.
Una galaxia de emociones
Se desprenden de tu huida…
¡No me dejes! ¡ Está oscuro!
Y desde que te fuiste,
ya no soy lumbre de nadie.
Desde que te fuiste
ya no soy alguien.