Una de gnomos

poema de Cuentista

LOBOS Y GNOMOS

Caminando por el bosque esta tarde otoñal
veo lobos, noto gnomos en un feo matorral
de sus cuevas tan oscuras nacen tufos, brotan pestes
y los lobos me hipnotizan con sus ojos tan celestes
de improvisto me penetran, escudriñan mis temores
frenan piernas, paran manos, quedan quietos mis tendones
y los gnomos se aprovechan de mi paro temporal
atan brazos, ligan pies y mi arca pectoral
se preparan el puchero para dar un gran festín
cortan dedos, doblan huesos hasta hacerlos chiquitín
de mi boca los gemidos y los grandes alaridos
ensordecen mis oídos y agudizan mis sentidos
y los gnomos bailotean al tocar sus instrumentos
con sus ritmos infernales se transforman por momentos
se retuercen, se enderezan mientras beben sangre fresca
es la sangre de mis venas que la toma quien la pesca,
la madera de la hoguera se convierte en brasa roja
el puchero hierve ya, colorante, sal y aroma y también alguna hoja
los pedazos de mi cuerpo entre todos han vertido
en el guiso exquisito, humeante y divertido
vienen lobos, llegan todos al olor de mi cocido
babeantes en desfile hace días no han comido
me mastican, me desgarran, me devoran sin piedad
estos gnomos y los lobos me han probado en saciedad
con los restos y las sobras hoy tendrán para cenar
mal provecho les deseo y una noche de velar.

"Cuentista".