Pisar por segunda vez la luna

Salir tarde del trabajo, para perder el bus a casa, y tener que dejar mis huellas en el asfalto. Por lo pronto, me entretengo.
Me encuentro con un charco, lo salto, piso por segunda vez la luna, y se aproxima, una salpicadura en los zapatos, una mancha en la retina, y una infancia adormilada.
Canto por la calle como loco callejero, y no me acuerdo de las melodías ociosas, ni de qué pie era el primero para saltar a la pata coja.
Llego a casa, y me repito que ese cuadro esta torcido, lo enderezo, no puedo romper la perfección, la exactitud es el punto de partida.
Y me acuerdo de cuando quería a deshora, cuando quemaban los parques, de los rincones eternos jugueteando con límites de terciopelo. Ya no hay miedo a las mentiras piadosas, ni a mentir.
Me siento en el sofá, tras el duro día de trabajo, recomponer el alma, es más difícil de lo que parece.
Y se me vuelve a hacer tarde, con la televisión a medio volumen. La apago, no puedo perder ni un segundo, mañana será un gran día para volver a ponerme la corbata en la mirada.

Comentarios & Opiniones

Yan

Un placer pasar por tus letras. Saludos.

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