La Mariposa y El Pardal.

poema de Celeste Alma

I

No te podría decir, izando la memoria
que la hélice amatoria se halla intacta...
Yo sólo pasaba y me salió al encuentro
presta cuerda al feel de una guitarra.

Ya te cuento ahora , con detalle.
Tú flexiona un ala en la barbilla
y sostén mi voz con tu otra ala.

II

Suelo descender, cuando las coberteras de horizonte
desean posarse en tierra.

Sólo dejo de agitar las alas,
corto la brisa
y ésta me lleva .

Así pues, Descendí una tarde veraniega ,
me posé a la vera del camino
y escuché otro trino por la acera.

Un Pardal trinaba una plegaria ...
Se teñía el paisaje con su pena ...

Yo sólo agité mis alas mágicas
y el Pardal quedóse ahí a mi vera.

Cuán sublime el aria que entonaba !
Madrigal ... dogal de aura etérea .

III

Me enseñó a entonar el alma a voz en cuello;
a tomar aire antes de sumergirme en el océano
toda vez que estrujara un dividendo.

... Sobrevolando una tarde de ramblas
lo miré cobijándose de invierno ...

Fue mi médula frágil de ese entonces
quien causó la fractura de sus huesos .

IV

Como ves, aquí no pasa nada,
sólo agito las alas
relatando un enamoramiento.

Soy yo la Mariposa Azul que sobrevuela
rozando el sentimiento
por un bosque florido , mar turquesa
o lacónica arena del desierto.