Arribo del Arcano.

poema de Celeste Alma

Llegó al albor de una gaviota herida
con el rebozo en que sus horas pasan...
Señora Blanca de cuitante misa
cuando al oído su susurro llama.

Y trajo panes de dulzor con labios,
cráneo secreto que atesora el alba
cuando desflora en su horizonte el llano
de claroscuros y aves en bandada.

Y tuvo entonces que escuchar al Loco...
aquel arcano que custodia y trama
besar el cuello en su telón vencido
y asesinar el corazón de Laura.