UN HIJO A SU PADRE

¡Padre, gracias…!
Me enseñaste a valorarme
Cuando tú te valorabas
Porque al llegar cansado a casa
Aun así, conmigo jugabas

¡Padre, gracias…!

Por ti, aprendí, a llevar una familia;
A querer a mi mujer,
Cuando a mi madre valorabas
Y la ayudabas en el quehacer

¡Padre, gracias…!
Me enseñaste a trabajar…

Cuando perdiste tu empleo
Tuviste que hacer trabajos
Que,no te satisfacían
Para proveer alimento
Y no olvidar el querer.
Pero nunca lo dijiste
Y tu rostro mostraba alegría

¡Padre, gracias…!
Fuiste un gran ejemplo
De fidelidad y valor
Protegiste a la familia
Y nunca nos faltó tú amor

Dedicado a todos aquellos hombres que saben valorar a su esposa o pareja, a sus hijos y a ellos mismo; porque el hombre no es más hombre por la cantidad de mujeres que tenga sino por compartir por mucho tiempo con una sola, en la hermosura de una familia.