El libro oscuro de Azrael "la muerte"

poema de Dositeo

EL LIMBO
Antes de la resurrección de Cristo
existía un lugar de reposo
para los justos, donde las almas
sin ser bautizadas descansaban.

No podían gozar del paraíso
porque su destino era vivir en el limbo.

Su ubicación estaba en la región
fronteriza del infierno
donde no existe el fuego
y peor el sufrimiento.

Sólo reinaba el silencio.

Un lugar montañoso, rocoso,
lleno de árboles grandes
los cuales eran protectores
de los recién nacidos
que a temprana edad morían
convirtiéndose en mariposas brillantes.

Ya que el brillo de su inocencia
se expandía por todas partes
que parecían estrellas fugaces.

Cuando mi presencia invadía este paisaje
las aguas turbias de un lago feroz
y misterioso me daban la bienvenida
de forma pacífica, donde un anciano
me esperaba en un viejo bote de madera
para zarpar a un mundo ignoto
y narrar el siguiente mito
escrito en este manuscrito:

Que bien me siento
cuando muestro
mi verdadera apariencia;
así soy, así me hizo el Creador.

A pesar de no ser luz
mi lealtad siempre perdurará.

Sin máscaras, las penumbras
me aman, me adoran,
me proclaman como
la propia justicia.

Mi risa era macabra,
maldita, sarcástica y sádica
que se escondía detrás
de aquel manto oscuro y tenebroso
donde ocultaba mi identidad.

Contemplaba el paisaje
sin quitarle la mirada
a las mariposas brillantes
las cuales volaban
por todas partes.

En la vida aquellos bebés
murieron al nacer
no por causa natural
si no por sacrifico
a un dios pagano
cuya deidad era
Moloc Baal.

Recuerdo mucho
a este falso dios
desde sus inicios:

Un querubín que fue leal a Lucifer;
atormentado por ser un demonio,
Satanás lo convirtió en principado.

Se obsesionó por alcanzar
la gloria y obtener el poder divino
para satisfacer sus necesidades.

Los cananeos invocaban su nombre,
lo llamaban amo y señor,
lo llamaban el fuego purificador.

Su grandeza creció, su avaricia aumentó,
los fenicios lo consideraban una religión.

Encarnándose en figura humana
con cabeza de becerro
tomó el mando de la oscuridad
y de la propia maldad.

Sus siervos le hacían cultos
y alimentaban su terror.

Su estatua era de bronce
y estaba hueca:
Tenía la boca abierta
cuyos brazos estaban extendidos
con las manos juntas y las palmas
hacia arriba, dispuesto
a recibir su holocausto.

¡Que locura!

Los adoradores segados
depositaban a sus bebés
en el supuesto fuego bendito
que ardía dentro de la estatua
de Moloc, donde las llamas
eran imparables.

Eso era profanar el nombre
del gran Yo Soy.

Él detesta, aborrece todo aquel
que es partícipe de ese pecado.

Entonces me llamó:

–Azrael, eliminaré a los pueblos
que cayeron en la profanación
y dieron de sacrificio a sus hijos
a un falso y detestable dios.
¡Eres la muerte! ¡Eres mi ley!
Es por eso que debes castigar–.

Aquellas palabras me llevaron
a tomar la decisión
de enfrentarme al mal.

Esto ya no debía continuar,
entonces visité Canaan:

Me convertí en humano
que al llegar a la tierra de los cananeos
me presentaría como el profeta de Jehová,
aquel que creó a Moloc Baal,
aquel que estaba hastiado
de la inmoralidad sexual,
el paganismo y sobre todo
el sacrificio de niños.

Vestía una túnica larga
que me bajaba hasta los tobillos
siendo atada a mi cintura
por una faja de tela.

Mis sandalias eran con correa,
cadenillas de oro y lentejuelas,
mi turbante estaba suelto
cubriéndome la cabeza.

De piel canela y barba recia,
de ojos negros, pelo oscuro;
medía aproximadamente 1,65 metros.

En mi mano derecha portaba
un antiguo bastón, el cual
era el mismo poder de Dios.

Lo golpeé contra el suelo
originándose un pequeño temblor
y provocando una conmoción
a dicho pueblo.

Repentinamente el sol desaparece
y las nubes negras toman el control
dándole orden al viento
para que soplara con furia.

Caminé hacia sus altares
que al llegar me encuentro
con algo espeluznante:

Un bebé en los brazos
de aquella estatua repugnante.

Corrí para salvarlo
de una muerte horripilante.

Lamentablemente llegué tarde,
la creatura fue consumida
por el fuego infernal
de Moloc Baal.

¡Qué impotencia!
¡Qué desesperación!
No pude salvarlo;
mi coraje aumentaba,
mi odio acrecentaba,
mi ira me absorbía,
mi furia estallaba.

Salí enfurecido
en busca de los culpables.

Primero fui al centro de la calle
llamando la atención
de los habitantes
para darles el último mensaje:

–Estoy aquí por órdenes del Creador,
el Padre de los falsos dioses,
el que todo lo ve, el que todo lo sabe;
Él está en todas partes...

Serán invadidos por el pueblo de Dios
y morirán bajo la ira de Yavé.

Mientras tanto destruiré estos altares
y la muerte vendrá por ustedes
ya que son culpables
de estos aborrecibles pecados–.

Al decir estas palabras
todos se atormentaban,
gritaban invocando
a su divinidad, clamaban
hasta llorar, pero nunca
le pidieron perdón a Jehová.

Entonces las paredes
de ese templo se partieron
y las estatuas de bronce
se destruyeron.

Al suceder todo esto
los israelitas a Canaan invadieron
para tomar posesión de su herencia
que el Creador le había prometido
a Abraham. La tierra de leche y miel.

Al terminar la guerra castigué
a todas las almas que en vida
sacrificaron a sus hijos recién nacidos.

Antes de llevarlas al infierno
les di un castigo severo,
atormentándolas en la oscuridad
y en el silencio por lo que hicieron.

Pero aún no estaba tranquilo,
el principado era el culpable;
se había encarnado en Saturno,
un anciano con larga y espesa barba blanca
con una oz en la mano que le servía
para degollar a sus hijos al nacer
y devorarlos por completo.

Era poderoso, lo adoraban
como el dios de la agricultura,
nadie podía destronarlo.

Un farsante que merecía su castigo,
un demonio que debía ser encarcelado
en el Seol por las atrocidades que hizo.

Decidí cumplir lo que ÉL me había ordenado
para estar tranquilo y no ver más sacrificios
o presenciar cuerpos tiernos despedazados.

Debía también matar a los fenicios
por rendirle culto a este dios enfermizo
y olvidarme de cualquier perjuicio.

Encontrándote podré evitar
la muerte de más niños,
mutilando tu cuerpo y hacerlo pedacitos
para arrojarlo al fondo del abismo
donde tu sucio espíritu quedará encerrado
ardiendo en las llamas de este feroz lago.

¿Dónde estarás Saturno?

Convirtiéndome en espíritu sabré tu ubicación
y llegaré a ti a través de mi intuición.
Percibo a un alma inocente en peligro
debiendo dirigirme por este oscuro camino
sin precipitarme llegaré a mi destino.

Al fin hallé a mi enemigo,
se estaba comiendo a un niño
que en ese momento la oscuridad reinó
y un poder siniestro de mi interior salió
convirtiéndose en un cazador;
una sombra en forma de bestia grotesca.

Toda su piel era negra y escamosa,
de complexión huesuda,
tenía cuatro brazos, dos enormes
y dos medianos; sus manos eran uñas
muy grandes asemejándose
a cuchillas muy filosas.

Me acerco y le digo:

–He esperado este momento
de volvernos a encontrar
Moloc Baal y puedas contemplar
mi verdadera apariencia
antes de ejecutarte–

Cuando le hablé, él me respondió.

–Azrael; el justiciero del Creador¬¬ –

Lo dijo irónicamente.

–Tu domino ha caído, como tu poder
también ha disminuido–

Fueron mis palabras.

–Ángel de la muerte, aunque me detengas
la humanidad jamás va a cambiar,
sólo eres marioneta de Dios
como todos lo hemos sido.

No te das cuenta lo horrible que somos,
de la belleza nos convirtió en fealdad
por el único hecho de no servirle al hombre
y postrarse a sus pies, sin percatarse
el Gran Yo soy, que los humanos siempre
serán el error más grande que Él cometió.

Satanás se lo demostró cuando
los hizo caer en la desobediencia,
desde ahí fueron infieles y no leales.

Por eso debes entenderme
que si la humanidad se sigue procreando
el verbo se hará carne y ellos podrán
adquirir el perdón.

¿Y nosotros? Los caídos jamás nos perdonarán
por eso odio al ser humano que los he manipulado
para que me den de sacrificios a todos sus hijos;
si… Gozaba, me complacía cuando ardían
en las llamas de mi estomago.

O cuando me los comía en forma humana
incitando a ellos mismo al canibalismo
por ser ingenuos y creer en dioses falsos.

Dios odia el pecado y esa es la debilidad
que usamos para destruir al hombre
y los desobedientes puedan sufrir
toda una eternidad –.

Al terminar de hablar Moloc Baal
le dije las últimas palabras:

–Jamás van a entender el amor,
la paz, la fidelidad. Lamentablemente
fueron contagiados por la misma maldad
que Lucifer engendró siendo un ángel.

Y no era cualquier ángel, era el más bello,
fue mi líder en el coro de alabanzas;
esbelto, demasiado hermoso, poderoso
y sobre todo la mano derecha del Creador,
pero se dejó dominar de su orgullo
y narcisismo, para después originar
la misma maldad queriendo derrocar a Dios
del trono, traicionando su confianza.

¿Para ti eso es justicia?
te jactas de hacerte la victima
y eso no me agrada, así que finalizo
esta farsante charla–.

Logré lo propuesto, corté en pedazos
al principado para después arrojarlo
al lago de fuego, el Seol; la misma prisión.

He cumplido con mi misión,
el cual me siento tranquilo
ya que todas estas almas tan dulces,
inocentes de cometer pecados
disfrutarán de una plena libertad
en el Limbo, ahí brillarán
y serán luz en plena penumbra.

Al terminar de narrar el manuscrito
el anciano seguía bogando
en dirección hacia el infinito,
mientras yo no dejaba de contemplar
aquel hermoso paraíso,
el cual le daba brillo a la oscuridad.

Las luciérnagas divinas
disfrutaban de la paz y de la libertad,
gozaban en el jardín de la eternidad
rodeada de rosas blancas, flores amarillas,
claveles azules y tulipanes rojos.

Pero de pronto en el cielo
un enorme hoyo blanco
en forma de remolino se originó,
mostrándome la salida del limbo
para dirigirme a otro destino.

El viejo bote se detuvo, me levanté y floté,
al hacerlo empecé a volar sin necesidad
de tener alas, ya que poseía dicha habilidad.

Al llegar hasta el agujero
desaparecí sin dejar rastro
para seguir cumpliendo con los designios
de aquel que está en todos lados.

Comentarios & Opiniones

Nancy

Maravilloso escrito Dositeo. Siempre un placer leerle. Saludos amigo.

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Dositeo me has dejado sin palabras, excelso, me encantó, todas las estrellas. Feliz fin de semana.

Critica: 
Dositeo

Gracias Nancy por comentar este trabajo literario.

Critica: 
Dositeo

Gracias Acnmalas por tu hermoso comentario, saludos.

Critica: 
Dositeo

Gracias amigo que bueno es tu comentario ya voy a ver las páginas gracias amigo

Critica: 
Leonardo Sarmhi.

Excelsas letras; estimado Dositeo....La verdad que recién te leo....Gran talento, bien edificada la obra, bellos versos, bello contenido.....Me identifico con ellos....Te felicito estimado poeta...Abrazos y mi aprecio, amigo Dositeo..!!

Critica: 
Dositeo

Gracias Leonardo por tener el tiempo y leerme...

Critica: