¿Qué no daría yo?

Me queda la nostalgia por la sangre,
y un rinconcito azul donde mi espíritu
soñó volverse luna. Sin señor,
sin dilemas, sin nada que perder.

Conservo el fotograma de un verano.
Aquel atardecer, que se hizo rumba,
voló desde tu piel hasta mi boca
y así supe por fin de primaveras.

A veces rezo al dios de la memoria,
le ruego que convierta el vino en agua
y me divida el pan y los recuerdos.

Me invade esa canción de los devotos
de San Antonio, locos por saliva.
No consigo olvidarte, no he sabido.

Comentarios & Opiniones

Xio

Cuanta belleza Juan Carlos, que lindo decir de esos amores que nunca pasan...no consigo olvidarte, no he sabido... un placer visitarte, abrazos cordiales, buenas tardes poeta.

Critica: 
LUMO

Juan Carlos, desde hoy te sigo me gusta mucho tu estilo y tus rimas olé y olé

Critica: