Copla de cualquiera.

¿Tiene tu casa alegría?
-Le preguntaron a un tipo-.
¿Cómo es tu forma de vida?
¿Cómo pasas el camino?

Muy pensativo, el presunto,
dejó andar por su cabeza
toda su vida en segundos
y recitó su respuesta:

Tengo una vida normal,
en mi casa no hay consolas,
no hay tablets ni canal más,
ni los sueños tienen hora.

Mis hijos inventan cuentos,
dibujan sus ilusiones,
cantan por fuera y por dentro
y aprenden de sus errores.

Mi vida es la de cualquiera,
sin caviar ni sirvientes,
pero el mar de mi bañera
de aventuras me estremece.

No tengo perro ni gato,
mas tengo un camaleón
dos pollos y dos macacos
que no cambian de color.

Sin cuadros caros ni joyas
sin glamour ni grandes coches,
tengo un piano en la alcoba
donde me vuelvo canciones.

Langostas y paletillas
en películas y en fotos,
pero de lapas y ortigas
volvemos al hambre loco.

Mi vida es la más normal,
la vida de cualquier padre
y no la cambio por na,
con ella tengo bastante.