Tomate
¡Quién lo creyera!
tres asuntos fortuitos me hacen hablar sobre ti:
un ejercicio de escritura, mi cambio de dieta, el miedo a la muerte
nunca imaginé escribir esto
Pensé en ti mientras caminé
tres punto nueve kilómetros
o cinco mil seiscientos pasos según mi reloj
tu piel
joven, compacta, roja, brillante
lista para ser cortada,
picada o macerada
tu redondez plena
como la tierra
autosuficiente
como la naturaleza
tu corona verde
como recuerdo de la planta de la que fuiste cortada
y de la cual todavía
conservas su fragancia
Antes,
cuando te comía,
te perdías entre la extravagancia
del condimento de comidas extranjeras
pizzas, hamburguesas, donas
o más locales
aborrajados, patacones, empanadas
Solo al renunciar a esto
logré sentir tu sabor intenso
tu autenticidad
el jugo azucarado de tu esencia
Tu concepción, tu evolución
y tu propósito me recuerdan
que la vida brota
de cosas muy sencillas.
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