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Cual aire que respiro
inundas de clamor vivo mi sangre
y mi piel quemada por los anos
es papel en el cual Tu has escrito Tu nombre.

Ven Padre,
necesito sentir tu fuego
ese que me ha quemado el corazón
desde el vientre de mi madre,
Ven esperanza mia
fortaleza de mis estrepitosas caidas,
tengo en mi pecho
el milagro de tu promesa.

No tardes mi Senor,
sere para siempre
esa puerta que espera ser medio abierta
para que Tu asomes tu rostro
y me llames,
yo sabre que eres Tu
esa voz hecha acción
y la esperanza ya no sera esperanza,
sino viva realidad palpable
y regocijo eterno por tu intervencion.

Perdoname soy un pecador.

C.Cruzalegui.