Somos amor

El eco oseo de los cimientos
se quedo atrapado en el cemento,
enclaustrando al viento y el silencio
a las repeticiones vibrantes del hastío
que deja a las mentes sin vuelo y tiempo
haciendo estático lo que viene con el nacimiento,
lo que recuperamos al dispersarse el alma del cuerpo:
El danzar de la eterna primavera al depurarse la calavera.
Eso que logramos con la curiosidad y el espirítu crítico,
las lecturas agotadoras, los filamentos electricos,
las pestañas quemadas, los numeros y palabras
que se entrelazan en epífanias sobre el alma.
La vida y el fuego que nos inspira reconditos
día a día hasta que alumbren todos los libros,
las metáforas que comprendimos sí estamos vivos,
lo que nos hace de adultos niños con sus hábitos
de preguntarse ¿Qué es Dios y por qué existo?
¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Estoy o no estoy?
De viejo niño me voy así no tenga certeza si solo estoy
me recostaría en tus brazos, Amor, porque eso soy,
aunque te dañe y me dañe porque ésto soy hoy,
contradicción entre el amor calido y frío,
aún así hablo de amor como algo utópico,
porque sin esto nos separamos y no me rindo,
espero que seamos un tú y yo en contradición,
así las caricias siempre tengan doble filo
y en el roce fallezcamos al estar vivos.
Sí a otros mundos me he ido
es para estar siempre contigo
y hacer eterno el momento
en el que te besé los labios,
cuando se clisá el tiempo
y tiembla todo el espacio.
Ni mía ni mío, somos uno,
por eso en ti me fundo
y lucho por el mundo,
duos siendo uno,
dos más uno.

El romance es intrínceco si nos vamos a lo profundo,
sea un instante eterno o el infinito sea superfluo,
más en ti me voy y me vengo amandonos
pues soy tú y eres yo entre tantos otros
que experimentan el juego del cosmos,
así como el drama perpetuo de perderte
y que mis ojos sangren por tenere,
contemplarnos juntos envejecer
o un segundo embellecer,
una Tierra que ver florecer.