Arena del Sahara

poema de Srakkin

Avanzando hacia el amazonas va de alguna manera la negra,
quizás no como ella deseaba, quizás ni siquiera lo soñaba,
tal vez arrastrada desde las arenas hacia la inmensidad del mar,
los fines debieron ser más macabros, agresiones, sangre, llanto
y en los momentos de fortaleza el canto, todo lo que va dejando
en aquel suspiro que hace iridiscente en cada tono y color
los momentos, los recuerdos de olvidar a la familia y navegar
a merced de blancos que nos tratan como ganado.

¡La oveja negra del campamento ha escapado!

Entre lo frondoso de la flora y lo incierto de la fauna,
correr, desesperarse, resbalar, caer, ponerse de pie,
no mirar para atrás, la luz por fortuna de la luna
guiara mi camino para no ver más al diablo blanco,
para ver quizás la muerte o toparme con lo que envié
a las luces del manto negro y exista un humano bueno,
que se me cumpla aunque sea un sólo sueño
y esta vez no sea victima de tener dueño
ni satisfacer a quién no respeto ni amo.

¡El manto negro te trae un regalo!
Entre la densidad de la jungla
aparece un hombre de jaguar,
alumbrado por la luna
al otro lado de la laguna
a sido conmovido por tu canto,
creo que es momento de parar con el llanto.

¡El jaguar ha gritado y por ti la laguna ha cruzado!
Entregarnos al movimiento simetrico de encontrarnos,
la primavera de los deseos, si son coincidencia blasfemo,
sí somos presas del amor eterno, tú estabas en mis sueños,
te he visto en las ceremonias que hacen los abuelos
para conectarse con los recuerdos del ancestro.

El jaguar no es el único, más lindo que es el camino
cuando te encuentras humanos distintos, sí te miro yo me miro,
sí tú trabajas conmigo, yo trabajo contigo,
así de simple es estar vivos
sí al mirarte yo me miro,
sí al mimarte yo me mimo,
dar es recibir si somos lo mismo,
de eso se trata el cariño
que me enseñan los felinos,
el amor es lo único infinito,
es lo que une todos los hilos
a pesar de su doble filo
y la soledad intrinseca de donde venimos,
somos momentos en un eterno laberinto,
efímero y eterno sí morimos al estar vivos.

Dos jaguares por la negra se mataron,
tanta sangre, tantos golpes y ahí quedaron
con una sonrisa tirados en el pasto,
ambos lucharon por un ser amado,
más el Nagual al final se la quedó,
el que la rescató y el que la amó,
pero sola la vida jamás la dejó.

Sin poseción el Nagual a la negra amó,
jamás mal la trató, dentro de todo el la liberó,
la llevo a ver al gran ancestro y ella miró,
entre momentos fotograficos entre espejos
y flores que danzan muriendo y naciendo de nuevo,
he visto lo que hace el diablo blanco,
sistema, mercado, banco, lavados,
guerras, telaraña, arañas, sistema,
todo el cielo opaco y contaminado,
pero por ganado el amor a ganado
y por amo el dolor a llegado,
todo sube y todo baja
la vida es una balanza,
los corazones al final pesan más que las palabras,
si la vida es la única que siempre gana.

Tanta diferencia entre tener y no tener cadenas,
la negra con el nagual ascienden y se miran de frente,
tú mi negra no eres un jaguar, tú eres diferente,
por tus matices y mirada profunda eres pantera,
tu misión en la vida es cantar para que la gente crezca
y así todos puedan recordar que el ser debe expresar,
las cosas deben pasar y a pesar de la verdad
a los que vienen el canto les vas a dejar,
tú por esclava has venido a dejar libertad
y esa es la razón por la que siempre te voy amar,
a pesar de todo fue más fuerte tu corazón, tu alma,
a pesar de todo y tanto dolor siempre pudiste avanzar
y esa es la razón por la que siempre te voy amar,
ganó el amor entre el inmensa crueldad y la soledad.