El reloj, la paradoja y yo.

El reloj nos esta limitando el tiempo que vale oro,
porque por más que ahorremos las horas no podemos venderlo,
fue la mirada del destino quien me enamoro,
y la vida me pidió entenderlo, comprender porque es cruel.
La libreta conoce nuestra libertad de expresión,
segundos de felicidad siempre serán minutos de dolor,
porque nos prometen no prometer nada y siempre es la misma situación,
lo imposible una religión que le da color a nuestra vida del autor.
Que suene la nana del miedo de mi realidad,
vamos a sumergirnos en este lago decadente,
son nadadores que ensucian su honestidad con vanidad,
porque sus mentes son débiles ante lo decente.
Somos los postes de luz para nuestros queridos,
somos el soporte de la estructura griega,
que las paradojas besen mis corazones heridos,
porque se caen porque esta sociedad esta ciega.

-Arnold Uriostegui Neri.

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