Axioma Absoluto y la onceava habitación ( Malaki Alif)

Hay un Tariq que para el hombre es insoportable
pues se quema como flor en el cemento de la noche
no lo mira al centro de su rostro, pues no puede sostenerle la vergüenza
y en locura se marca con cenizas en la frente señales con la cara de un cordero
pretendiendo espantar la pareja de criaturas sagradas que se paran a su izquierda

Los hermanos invocados son destinados a la protección del camino pleno
vestido el más bello de túnica de sangre, resguarda su señal y es llamado Axioma Absoluto
el más pobre se cuenta como su gemelo, lleva en cabeza una corona de marfil bruñido
que en mitad de sus canciones hace latir un corazón de paloma. Responde al nombre de “Onceava habitación” y es señor del lenguaje sanguinario por esto es que nadie le escribe versos excepto los hijos que la casta Netsaneti quienes vagan en la tierra buscando reunir a los “Catorce Hermanos Asesinos del Poema”.
El más bello lleva un libro con dieciocho poesías capaces de unificar a los muertos y de hacer polvo a las aguas, pues verdad innegable es a los ojos de cada sacerdote enmudecido que la primera letra del primer verso de su tercer poema fue maldecida con la purísima sangre de quinientos aprendices de la Simple escuela poética del hombre revolcada en las lágrimas de cinco Anarcomagos que ahora son voces perdidas.
El más pobre lleva un rollo con veintiséis versos innombrables, de los cuales trece son conocidos por los cuatro doctores, y no obstante solo pueden ser dichos justo antes de la muerte o un momento después de la vida.
Hay un Tariq tan extenso que la Ideoalquímia no bastaría para detener el temblor de los lectores frente a su declamación destructiva y por ello es que creamos siempre corderos de ceniza y de palabras para no toparnos con estas apartadas y diferentes existencias, ya que nuestra humanidad es constante y no hay letras ni orden que nos salven del lenguaje de los enviados