Yacías dormida

Yacías dormida en mi recuerdo.
Vestida en dulces sueños
que yo siempre me pierdo.

Quise despertarte.
Para convertirte en arte.
En poesía leída y releída.
En dulzura descontrolada.
En caricia perenne.
En la ambrosía de mi corazón.

Asomar de este pesado y triste caparazón.
Desprenderme de la desazón.
Olvidar la sinrazón.

Abrazar el eterno viento
De tu alegría.
De tu mejor momento.
Mientras mi sueño aún latía.

Para volver a beber felicidad
De tus labios.
Ser reflejo en la sinceridad
De tus ojos.

Recorrer toda tu piel
Como ese escalofrío
Que recorre el rio
De tus venas
Y aleja mis penas.

Vuelve a abrir tu mirada
Al océano de la vida.
No te quedes en la orilla.

Eres la que más brilla.

Quiero acompañar tu sombra.
Abandonar mi penumbra.
Y ser arrastrado por el embrujo.
De tu hechizo optimista.

No perderte nunca de vista.
Porque eres mi único lujo.

Álzate y despídete de Morfeo.
En ti aún creo.
En ti aun veo.
Contigo todavía leo
Caminos e historias desconocidas.

Deja que tu contagiosa sonrisa
Sea mi verdadera premisa
Sea el único pecado
Por el que te he despertado

Quizás haya sido muy osado
O quizás haya estado perdiendo el tiempo
Y oportunidades anteriores
Por hacer caso de temores.
Ley de las frustraciones.

Por ello te ruego no demores
En vestirme con los colores
De tu amor, cariño, calor y preocupación
Mientras de ti tenga noción.