Crisálida rota.

poema de kormoran

Miré a tus ojos con timidez.
No vi nada en ellos.
Sólo fugaces destellos.
Que se apagaron con rapidez.

Ahogados en una lágrima sin deseo.
Inundados en un veloz pestañeo.
No vi nada en el cristal de tu mirada.
Ni en el brillo de tu sonrisa.
Que ahora permanecía callada.

Quise darme verdadera prisa.
No desvanecerme sin pensar en nada.
Comprendí que ya no era necesario.

Entendí lo que estaba sucediendo.
Algo que era notorio.

Sentía que no me estaban mintiendo.
Deseé en ese segundo.
Volver a abrazar la noche.
Esa dama que nunca en mi aislado mundo.
Me profirió ningún reproche.

Puesto que la belleza del día.
Siempre terminaba en falta de empatia.

Descubrí que no me mirabas.
Percibí ese espíritu que destapabas
Sentí complicidad en tu alma.
Y valor que encontró su calma.

Un corazón entregado a la aceptación.
No mellado por perforantes prejuicios.
Ni rodeado de espinas de incomprensión.

Que fueron siempre malos vicios.
De una sociedad en la que nací igual.
En la que llevaba tiempo siendo diferente.

Donde luché y lo hago en el presente.
Con ayuda, sonrisas, palabras, versos
Que no encontraron eco entre la gente.

Me dicen que son mi único universo.

Pero ya no necesitaba oír tu voz
Ni tu la mía.
Ni siquiera era un pensamiento veloz.
Estábamos ahora en la misma vía.
No había raíles detrás.

Éramos dos estrellas que morían.
Para dar vida a un nuevo sol.
Vidas no vividas, en un mal rol.

Tu lágrima no contenida.
Rompió nuestra crisálida.
Emergiendo a una nueva vida.
Y a un tiempo, sin pasado, presente ni futuro
Donde ahora éramos uno en estado puro.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Muy bonito! Felicitaciones y saludos cordiales.

Critica: 
Aldebarán

Felicitaciones muy reflexivo contenido escrito con una excelente musa. Gracias

Critica: