Espejo

Aquí estás frente a mi
reflejando la nieve
de mi cabello,
los surcos de mi faz,
la tristeza agonizante
que me hace daño,
la alegría de Arlequín
que me devuelve la sonrisa.

Me conoces más que mi sombra
y mis padres.
Eres cual máquina del tiempo
que va trazando los cambios
que me afligen;
modelando mi cuerpo
día tras día.
Enseñándome el camino
entre la juventud y la vejez
día tras día,
por años y décadas.

Eres mi confidente
mi otro yo,
mi diario de vida,
mi vigilia nocturna,
mi alma gemela,
mi bola de cristal,
mi canto de la mañana,
mi amor de Narciso.
Eres mi vigilante
sumergido entre las frías paredes
de una blanca habitación.