Aquí y ahora

Caminando hacia ti,
me quedó pensando tranquilamente
cómo el destino me mira de frente
y me dice que estamos juntos porque debía pasar,
tu y yo.

Siendo una mezcla agridulce,
amando nuestras diferencias;
riendo hasta quedar sin fuerzas.

Perfectamente podríamos quedarnos mil años
viéndonos a los ojos
diciéndonos infinitos versos desde el alma,
siendo transparentes;
así como nos quedamos sinfín de veces hablando tonterías,
o mostrando las partes más recónditas de nuestros corazones,
mostrándonos como somos;
yo con un poco de miedo
por tanta confianza que me inspiras,

Me conoces un poco,
pero quisiera pasar días
permitiéndote entrar en mi corazón,
haciendo un nido entrañable,
un espacio solo tuyo,
ya que solo por un momento
me detengo a pensar
cuanto tiempo estaremos juntos.

Porque aunque teniendo diferencias nos complementamos,
nos damos ese sabor ácido donde solo dulce había,
nos damos esas curvas donde solo habían reglas,
nos damos esa neblina donde todo era nítido.

Que sería de la vida sin un poco de cambio,
el detalle es que éste sea el adecuado,
y el cambio que agregas a mi vida,
se amolda perfectamente a lo que yo pensaba
que completo se encontraba.

Con una sonrisa en mi cara vuelvo a la realidad
y te descubro con tu mirada en mí,
esa mirada que me quema por dentro,
y me desnuda el alma,
esa mirada que aunque me asusta por tal impacto
no quiero apartar ni por un instante.

Pero te acercas susurrándome al oído que me quieres
y me das un beso en mi mejilla,
ese beso que me eriza la piel
y me deja caer a un precipicio,
queriendo detener el tiempo para solo quedar los dos,
sin ataduras ni preocupaciones;
quemándonos los labios y hundiéndonos lentamente en un abrazo sin fin;

Podré decir esto como un deseo secreto
pero verdaderamente estamos aquí y ahora,
15 de agosto del 2016,
en un columpio,
hablando como dos adultos, de sus preocupaciones y complicaciones de la vida,
pero teniendo en claro una cosa,
nos queremos en este momento.