Hasta el amor envidia les tenía

poema de Angie Natali

-¿Rosas?
-Si.. Rosas
- ¡Me trajiste rosas!
- Sé que te gustan... Así como me gustas tu a mi..

Desde el otro lado de la sala, ella observaba y sonreía...
Pero la sonrisa no le llegaba a los ojos.
Poco a poco le calentaba el corazón...
Sentía quizás un poco de envidia
pues añoraba con que un día el volviera a quererla,
pero un atisbo de felicidad se asomaba,
sabia que ella lo hacia feliz.
Aún soñaba con él cada noche
y si no lograba soñarlo
(evento que era raro, pues hasta en su inconsciente siempre habitaba)
de todas maneras se acostaba pensando en él.
Aún lo recordaba,
nunca tan lejos siempre tan cerca.
¡Sus besos fugitivos! ¡Sus efímeras caricias!
sus encuentros fugaces escondidos del mundo,
pues a nadie le aceptaban su amor,
(aunque todos lo supieran, fingían cuando los veían)
Sus miradas siempre los delataron
y ni hablar de sus sonrisas.
¡Hasta el amor envidia les tenia!
Cartitas por aquí, cartitas por allá,
una que otra canción que se tarareaban al oído,
y dulces, nunca faltaban los dulces,
de coco, claro está,
pues él sabia que a ella le encantaban...
Un mensaje de buenos días siempre estaba presente,
y las buenas noches nunca faltaban..
Pero ahora sus manos entrelazadas con las de ella,
hacían eco en su memoria
y la hacían dudar de si sus recuerdos eran verdad
o simplemente su mente había creado esa realidad paralela.
No. No...
El sabor de sus labios era perfecto,
el aroma de su cuerpo era único
y el tacto de sus manos era inigualable,
su mente no podía habérselo inventado todo.
¡Ella y él sabían que era real!
Aunque fuera un misterio para el mundo.
Nunca fueron nada pero sintieron todo...

-no importa... Yo espero.
Y te seguiré queriendo siempre. No perderé la esperanza-

Era lo que ella se repetía cada vez que juntos los veía.