¡ La más pequeña célula de mi piel !

¡ La más pequeña célula de mi piel !

De las mañanas sin cansancio y sin pensar me declaro dueña, es empezar el día con ánimo, con la alegría que me inunda y me abastece de felicidad, me lleva todo el día en mis labores, de la cocina a mi cuarto, del baño a mi jardín, así paso todo el tiempo como una mujer normal.

Me llevo todo el día en mis cosas usuales sin notarse siquiera que se hacen por no pensar en eso, en recibir no...nada. Solo en hacer y dejar el sello en ellas, saber que las realicé, como mis alimentos, mis sopas calientes, mi arroz, a veces un poco de carne, pero si mis frutas, mis verduras y mi agua fresca.

En eso transcurre la mañana / medio día hasta que me lleva el cuerpo ya cansado de tanto caminar a mi cuarto sencillo donde me dejo caer, la suave cama vestida de blanco con mí tejido en ella, calentita y llena de mi satisfacción por haber sido creada por mí, el cuadro del desnudo que hace tanto dibujé, con esos senos que aún se veían bien, con esa pasión en ella que aún la dominaba por momentos y esta frente a mí...la miro y me miro. Mejor ya no comparo sé que perderé. Pero aún así es mi reflejo cuando él me dibujaba con sus manos y sus labios en mutuo calor, cuando dejaba en mi interior su semilla que nunca creció.

Me duermo viendo, soñando como soñaba en esa época en que esa chica se dejo crear por medio de ese carboncillo que ya se difuminó, pero que no perdió su pasión, su alegría y ese ardor que el aún en viernes de lluvia le entra por la piel.

En esa hora en que viajo por ese mundo de color, de dibujos y pinturas que solamente están en mi mente es cuando afuera todo puede pasar pero que importa eso si no me entero. Si mi vida gira al rededor de mis letras por crear, de mis líneas por trazar, de mis flores de cadenetas y palotes que se dejan tramar para hacer ese chal que me dará calor en esas noches de otoño con su viento pasar por mi casa, mi calle sola y sin él, sin mi de su mano mirando sus ojos negros profundos de tanta pasión.
Llega la tarde - noche y me despierta un aroma en la calle que me recuerda la edad, cuando estaba en la escuela y comía lo que mi cuerpo no deja ya, cuando el olor a pan fresco se paseaba por mi calle, mi casa y no se iba por más que el viento la inundara, ese aroma fresco de la harina inflada que sabe tan bien con un rico chocolate caliente para dar más ánimo a mi fría soledad.

Así con esa buena sensación me levanto y me voy a caminar, la calle ya iluminada y con algunos niños que juegan por ser época de vacación me da alegría, me deja recordar cuando yo era una de esas niñas que corría detrás del más rápido para pegarle " la lleva" o uno de esos juegos que nos divertían tanto y que nos dejaban llenos de cansancio corporal, el sudor pasaba por las sienes y dejaba el cuerpo húmedo de sudor, nada que ver con los niños de hoy que no se cansan de jugar más que detrás de una pantalla de computador frío y sin esa alegría que daba la amistad.
En un momento me admiro de poder ver ese árbol otoñal que aún se enciende en esa estación en que lo atrapa la vida, se apodera de él y deja que sus semillas floridas se recreen en el viento, y olfateo...qué rico aroma se desprende de ese bello árbol de tono amarillo bien fuerte que me da tanta felicidad.

Y cuando llego acá a este momento pienso en eso, que es lo que me da alegría y me embargo en un instante de mi vida cuando solo tengo cosas así que me la inducen a salir como un suspiro cuando pienso en él. Es lo más sencillo de la vida como el pajarillo mañanero cuando me canta en la ventana, ese brillo amarillo fuerte que me indica que ya amaneció, ese rico aroma a ese pan fresco que me dice aún hay tranquilidad, ese rico café de mi pueblo que inunda mi casa dejando la semilla de la tierra en mi olfato, en mi mente y mi recuerdo.

¡ Qué más felicidad me puede dar ese paisaje de niños en la calle jugando y riendo, ese aroma a charco en la rivera de la calle y que un día fue mi modo de jugar, ese calor sofocante de la tarde que me hace sudar, esa bella imagen del árbol amarillo y otoñal !
Mi vida así solitaria no es vacía, estoy llena de amor, de ese que me inspira un paisaje natural que me sienta a dibujar y que en la noche ya cansada me recuerda que hay tanto que mirar, que oír, que probar ...como cuando me duermo y en mi cama blanca esta él en mi memoria dejándome su sudor en mí aún suave piel, esa dulce miel de sus labios en mi boca que es únicamente suya y que cuando al fin me sumerjo en mi mente su recuerdo unido a los anteriores...el pan, el café, el aguacero, el árbol amarillo, mi calle ...¡ me dice que no estoy sola !

¡ Que ando en una buena unión con la vida, la pasión, el amor y el recuerdo de lo que un día me removió hasta la más pequeña célula de mi piel !