La Madre.

poema de Anna.

La Madre.

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Cada día se pierde un poco más en su horizonte esa mujer que un día fue, lleva en su mente tantos recuerdos que se le mueren un poco más cada vez.
Esa mujer que un día tuvo tanto amor, tanta risa y fortaleza se ha ido yendo poco a poco con su mente más que perdida.
Noches cortas donde se siente en sus sueños el descanso del común, del día a día que va dejando canas y arrugas en su piel, pero hay otras que no, no es así.

Otras ella no duerme ni un minuto de la noche, no descansa, hace y hace cosas que no sabe ni que son, sólo están en ese instante de su luz opacada por la evasión, esa que provoca el mal estado y el dolor.
Se introduce en su mundo de recuerdos, de dolor, de angustias y ansiedad que no la deja descansar, y pelea, le pelea a la razón con cada palabra que de ella sale, cada circunstancia que le afecta y que le duele en la carne, en la piel, en los recuerdos y en su amor que ya murió.

Su mente vuela y vuela por ese mundo que ya no es, que ya murió y que cada vez con la ansiedad se apodera de su ser, no saber si está tan ida o tan cercana es una muerte lenta y en soledad.
Se pelea con su pasado lleno de gente a su haber, el cuidado, la protección a los suyos la desesperó, la perdió y sin nada en sus manos ya por realizar, el encierro y el calor la pusieron cada vez peor hasta que divagando divagando de su mente se salió.

Siempre al frente de todo con su amor por el bien hacer, las responsabilidades que se fueron por ese patio de atrás de una mente ya perdida ante tanta soledad.
Cuando había alguien a su al rededor le pasaba por la mente los sucesos tan normales que siempre la identificó pero en la solitaria soledad no había más que manos estiradas agarrando más de esa soledad y atrapando los momentos que un día la hicieron sentir de tanta utilidad.

Hoy en esta noche tan oscura, con calor por el dolor se ve a la señora en su cama con los años en sus ojos, en sus huesos y su piel dejando más que la piel y las lágrimas del viejo que en su mente agolpada de recuerdos piensa en nada, sus recuerdos la consumen entre tanta gente al rededor donde sólo caras son sin alma como tal vez la suya esta perdida o quien sabe El Salvador la tiene ya en sus manos con deseos de llevarla a su nido de amor de donde un día ella se salió.
Cada noche que la mente de esta mujer divaga se pierde un poco de lo que un día fue porque ya no es lo que era, ya no es la voz fuerte y potente la que un día ella habló pues queda lentamente día y noche el reflejo del encierro que asesina a una mente, una mujer que ya no siendo fuerte se despide segundo a segundo de lo que un día fue su vida y su respirar.

Ya llegará la luz de la mañana y dirá la buena señora si sigue en su dilema de vida alterna en soledad o si sigue en su realidad de momentos tan pasados , de personas tan pérdidas, de muertos en su hedor y de esa casa que nunca pudo olvidar.
Allá ...a la casa vamos juntas en completa solidaridad, esta Madre con su hija que la mira, le ayuda, la reprende y la llora por lo que ha visto desde antes en su fuerte realidad, su orgullo y presencia en un pobre instante que no muere pero que ya sabe algún día dejará.

La casa ...lo que siempre la sostuvo, con sus hijos y su amor se extingue cada día con la Madre que se ama, se respeta y se sufre por saber que un día de estos por fin descansará.

Continuara...

***

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Triste y conmovedor escrito. Saludos

Critica: 
Dikia

Precioso Ángel
Fuerza para ti , para llevarlo
Un abrazo

Critica: 
nadie

Admiración y amor para su Madre, gracias por compartir

Critica: 
Osler Detourniel

Hermoso Homenaje a ese maravilloso ser. Saludos

Critica: