Mientras pierdo el aliento.

Ahogándome en el silencio
que me eleva al desorden,
mientras pierdo el aliento
al marchitarse las flores.

Se acerca el frió crudo,
me desangra y me entuma,
la tortuosa y fría aurora
como el tempano de luna.

Sobre la cima del monte
nace de allí las nubes,
me abastece gélida bruma
por el cándido perfume.

Pero el sol no me abriga
solo la desalmada nieve,
mientras pierdo el aliento,
ávido del calor ardiente.

Al contemplar tenuemente
la fresca y sutil ventana,
se detiene hasta el tiempo,
tiempo afable y aquietada.

Frágil sol que a cada momento
tropieza sobre finas nubes,
nubes flotan entre las cumbres
por debajo de los luceros.

Me acecha la cruel luna
mientras pierdo el aliento,
la distante y fría figura
de aquel insaciable deseo.